El domingo volvíamos a los caminos, en esta ocasión emprendiendo el camino desde Mures para llegar a Castillo de Locubín, una etapa en la que acompañó el sol y buen tiempo, realizada por monte bajo entre pinares y olivares. Aunque la mañana amanecía fresca y con una niebla baja no tenía ni punto de comparación con la anterior etapa.
Poco a poco se desvanecía la niebla en nuestro caminar y dando paso ha un sol que nos acompañó durante toda la jornada. Con los primeros rayos de sol en el horizonte tomábamos el camino mozárabe que une esta Mures y Alcalá la Real, pasando por parajes como la Cabeza del Carnero. Llegábamos entorno a las once a esta gran población con unas inmejorables vistas desde la Cruz del Rayo, punto desde donde se contempla toda la localidad con la fortaleza de la Mota en la presidencia.
Tras un breve instante para reponer fuerzas en la fuente de la Mora, frente a la iglesia de Consolación, visitamos este templo, puesto es la parroquia de la Virgen de la Cabeza de la localidad alcalaina y se encuentra en esta un hermoso lienzo de Nuestra Madre. Volvíamos a emprender el camino hacia el conocido puente Charilla donde comenzaría posiblemente la parte más dura de la ruta, un ascenso continuado y por asfalto hasta el Puerto Castillo, algo más de 6km con un desnivel de casi 500m. Una vez llegados a Castillo de Locubín visitamos la Virgen de la Cabeza de la misma, en la ermita de Nuestro Padre Jesús Nazareno, patrón de esta hermosa localidad de la Sierra Sur de Jaén. Poníamos fin aquí a un nuevo reto cumplido, siempre mejorable pero que engrandece la Ruta del Pastor de Colomera.
En esta etapa hemos de destacar el incremento de peregrinos, amigos, acompañantes o como queramos llamarles que para nosotros se hacen imprescindibles puesto que sin todos ellos no sería posible este trocito de historia que labramos día a día.
La madrugada del pasado sábado también estuvimos peregrinando pero eso os lo contaremos en los próximos días.
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