martes, 24 de febrero de 2015

Así vivimos la etapa entre Villardompardo y Arjona

Queremos darte gracias, María Santísima de la Cabeza
por tenernos en tu regazo,
por tenernos entre tus brazos
y amarnos y protegernos cada día.
Tu espíritu de Madre bondadosa
ilumina nuestra vida.
Sin pecado concebida
Tú eres, Reina Misericordiosa.
Madre de Dios, hágase tu voluntad,
danos fe, paz y cariño
como distes Tú a tú bendito Niño,
y que venga a nosotros tu humildad.
Madre mía, en lo alto del cerro
tienes todas las virtudes
y hasta nosotros acudes
cuando necesitamos tu consuelo.
¡Oh Gitana Morena, Virgen María!,
gran ejemplo de dolor,
queremos sentir tu amor
y tener siempre tu compañía al caminar cada día.
Amen…


Cómo no empezar dándote las gracias si eres nuestra protectora y guía. Si volviste a unir a tu rebaño y nos regalaste una etapa llena de momentos inolvidables, de fe y de amor, mucho amor…

Amor hacia ti…

Amor hacia los hermanos que nos rodean…

Amor hacia los que no pudieron acompañarnos…

Amor ante lo que tú amas…

Porque tú eres amor, y así lo transmites.

Dejábamos nuestro Villardompardo querido para acercarnos un poquito más a ti… Tu Santuario está cada vez más cerca…

Fueron quince kilómetros en los que tus peregrinos Bendita Madre de la Cabeza rezaron mucho, rieron mucho y te sintieron muy dentro de ellos…

Somos una pequeña familia que ha decidido llegar a tu camarín juntos, en comunidad… 

Escañuela nos dejaba una estampa increíble, una Virgen preciosa, una Madre que rezumaba ternura y un recuerdo inolvidable…

Pisamos Arjona justamente el día en el que el Señor comenzaba a caminar cuarenta días por el desierto. 

Cuarenta días de discernimiento e introspección. 

Cuarenta días de oración y penitencia. 

Nosotros meros aprendices de pastores, que hagan de su camino un camino común de unión, de oración y de evangelización, volvimos a retomar nuestro camino y este nos llevó hasta allí. 
Arjona nos recibió con brazos abiertos.

Bendecimos cada paso de Juan Alonso de Rivas, sentimos cada una de sus vivencias, y aunque parezca sorprendente, todos ansiamos un hallazgo con Ella. Y eso se notaba en las caras de esa gente humilde, sencilla, leal y honesta son los que tengo por compañeros… Al entra en la iglesia de Santa María, recibimos unas bellas palabras de Don Miguel, sacerdote del pueblo, que nos mostró su apoyo y nos brindó ánimo para continuar en los caminos de Cristo.

Otro encuentro nos aguardaba, la guapa Morenita arjonera ataviada con su manto carmesí nos condujo ante Ella, y su rebaño volvió a agachar la cabeza para pedirle amparo.

Tras una comida de hermandad a cargo de “los peregrinos de Arjona y sus amigos” no podíamos dejar de sentir que estamos en el camino correcto…

Quizás no seamos los más eruditos, ni los más sabios, ni los más expertos… Pero a los componentes de esta ruta, a los que por compañeros llevo… Es muy difícil ganarles en generosidad, gratitud y sencillez…

Falta poquito compañeros, para abrazarnos mientras que suenen las campanas de su Santuario que nos repiquen hasta en el centro de nuestra alma.

María Santísima de la Cabeza danos mucha fe, mucho amor y mucha esperanza para vivir… Como tú enseñaste a nuestro predilecto pastor.

Rezaremos juntos en la siguiente etapa…

Ánimo compañero Molina, porque no estás solo, tus compañeros te acompañamos cada día desde la oración.


Yolanda Beneito Soria
Comisión Devocional y Evangelizadora 
Asociación Mariana y Peregrina "Tras los pasos de Juan Alonso"

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