lunes, 28 de enero de 2013

Alcaudete (I) - Historia


Alcaudete es un municipio de la provincia de Jaén, que forma parte de la comarca Sierra Sur, en la cual ocupa el extremo occidental, a 48 kilómetros de la capital de provincia. La actividad económica principal es la agricultura y la industria agroalimentaria transformadora, sobre todo, el olivar. Y cada vez con mayor importancia, destacan, dentro del sector industrial, la industria conservera, los dulces y mantecados, los frutos secos, el yeso y los muebles de cocina y baño.

Más de 200 asentamientos arqueológicos inventariados en su término municipal atestiguan una intensa y continua ocupación humana de estas tierras desde el Paleolítico superior. Entre los restos arqueológicos destacan los de varios "oppida" (Cerro de la Celada, la Torre del Moro o el Cortijo de la Muela), con una estrecha relación visual entre ellos, a través de torres, referentes fundamentales de la forma de controlar un territorio "caminos, vados y valles fluviales" durante época ibérica.

Los orígenes del núcleo urbano de Alcaudete se remontan a época romana, en la que según las fuentes epigráficas se adscribe a Sosotigi, municipio flavio. Por su abundancia de agua y manantiales los árabes la nombraron al-Qabdaq, ciudad de los manantiales. Fueron ellos los que levantaron la imponente fortaleza que alcanzó fama de inaccesible en el periodo califal. Este alcázar fue centro de protección de una medina comerciante muy activa, estaba ubicado en una importante red viaria y comercial y fue militarmente codiciado tanto por musulmanes como por cristianos.



Desde la primera conquista cristiana en 1085 por Alfonso VI, en los siglos siguientes cambió varias veces de manos entre castellanos y andalusíes. Incluso después de la batalla de las Navas de Tolosa y el avance de Fernando III no cesaron los trueques: el rey Santo la cedió al rey moro de Baeza, luego a la Orden de Calatrava, volvió en periodos intermitentes a estar en manos de los nazaríes, hasta que Alfonso XI la conquistó definitivamente en 1340.

A finales del siglo XIV, instalada la dinastía de los Trastámara, la villa se enajenó a la corona y pasó a merced de un particular como señorío: una de las ramas de los Fernández de Córdoba, la de Montemayor. En el siglo XV Alcaudete se transformó en plataforma y enclave de las tropas. Al terminar la guerra de Granada, en la primera mitad del XVI, la vida de la villa cambia y se le concede el título de conde al sexto señor de la villa. Es la época de mayor esplendor, auspiciada por la prosperidad económica en el cultivo de cereales y la ganadería, a lo que se sumaba el ser paso obligado en el camino entre el reino de Granada y Castilla. Numerosas construcciones, iglesias, conventos y ermitas, transformarán y marcarán su actual fisonomía. En esta época los Condes de Alcaudete ocupan altos puestos en el gobierno (virreyes, capitanes generales, etc.). A finales del siglo XVII se inicia un periodo de decadencia, acentuada por el absentismo de sus condes y el final de la línea masculina de los mismos, que no se habría de superar hasta finales del siglo siguiente.

El siglo XIX está marcado por la agitación social y política de sus vecinos: sublevación del pueblo contra los franceses, la batalla entre carlistas e isabelinos en sus calles, la desamortización de bienes de propios y eclesiásticos, y por el grupo de reformistas de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, palanca de tertulias políticas y amotinamientos.

En referencia a sus monumentos hay muchos a destacar como el Castillo, la iglesia de Santa María,  iglesia de San Pedro, del Carmen, el Convento de Santa Clara o la Plaza del Ayuntamiento. Sobre el Castillo de dicha localidad podemos decir que en la época emiral se levantó una impresionante fortaleza que alcanzaría fama de inaccesible en el período califal. “Alcaudete es un fuerte considerable –escribió el historiador Al-Idrissì–, construido al pie de una montaña que mira al Occidente, y donde hay un mercado muy frecuentado”. El alcázar fue centro de protección de una madina comercialmente muy activa, ubicado en una importante red viaria y comercial y fue militarmente codiciado tanto por musulmanes como por cristianos.

Santa María y el Castillo al fondo
El Castillo actual, construido sobre el alcázar almohade, es un exponente de fortaleza de frontera del S. XIII-XIV. Las murallas y torres, construidas con tapial  serán reforzadas con mamposteria tras la conquista cristiana en 1246, por los frailes de la Orden de Calatrava. Conservan los adarves  o ronda de la guardia a través  de los cuales podemos recorrer todo su recinto y acceder  al interior de las torres. Destacan el refectorio y caballerizas así como la imponente torre del homenaje.

Destacar también la iglesia de Santa María,  que se edificó, según algunas tradiciones  sobre el espacio que ocuparía la mezquita musulmana. Se edifica en dos fases: la primera corresponde al alzado del cuerpo, un espacio rectangular de tres naves y la primitiva capilla mayor de Martín de Bolívar, utilizándose el elemento gótico más característico: la bóveda de crucería. La segunda, a una nueva capilla mayor de estilo renacentista obra de Francisco del Castillo. Notables son las dos portadas que desarrollan un programa iconográfico de tema mariano donde se mezclan  elementos renacentistas, tanto figurativos como heráldicos.

En el libro de fábrica hace mención a la intervención de Vandelvira en torno al año 1558, al serle encargada una tribuna por el obispo Diego Tavera. El último elemento que se construye es la Torre-campanario, en el siglo XVII.  

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