Castillo de Locubín, nuestra siguiente parada en este peregrinar, es un municipio que se encuentra situado en el corazón de la Sierra Sur. Tiene un enclave estratégico pues esta situado a 68 km de Jaén, 105 km de Córdoba y 65 km de Granada. Su término municipal es muy accidentado, con montes al sur, este, oeste y nordeste de más de 1.000 m de altitud, abriéndose en los terrenos de vega del río San Juan, al noroeste. El núcleo urbano se sitúa en el fondo de la gran depresión que forman estos montes y junto al nacimiento del río San Juan. No obstante, el 70% de la superficie municipal se encuentra cultivada. La actividad económica está basada en la agricultura y la ganadería, siendo el cultivo del olivar el principal, seguido del cerezo. La vega del río es muy rica en frutales y cultivos hortícolas, destacando el del cerezo.
Los primeros testimonios de la presencia humana en este municipio se remontan al IV milenio antes de Cristo, en las cuevas del plato y la chatarra, habitada con un de pastores que fabricaron cerámicas decoradas con incisiones. De la edad del bronce o cobre final es el Poblado de la Campana cerca de la Venta del Charco. En su término municipal se localiza el poblado de Cabeza Baja de Encina Hermosa, que se ha identificado con Ipolcobulcula. Fue un gran centro de población fortificado, fundado en un momento tardío de la cultura Ibérica y que alcanzó su desarrollo en la etapa alto imperial romana, en el siglo I de nuestra era. Otro asentamiento de época Ibérica y que se mantuvo en época romana es el de la Torre de la Gorgolla. A la etapa imperial corresponde de la villa romana del Cortijo del Baño, en Venta del Carrizal.
Los primeros testimonios de la presencia humana en este municipio se remontan al IV milenio antes de Cristo, en las cuevas del plato y la chatarra, habitada con un de pastores que fabricaron cerámicas decoradas con incisiones. De la edad del bronce o cobre final es el Poblado de la Campana cerca de la Venta del Charco. En su término municipal se localiza el poblado de Cabeza Baja de Encina Hermosa, que se ha identificado con Ipolcobulcula. Fue un gran centro de población fortificado, fundado en un momento tardío de la cultura Ibérica y que alcanzó su desarrollo en la etapa alto imperial romana, en el siglo I de nuestra era. Otro asentamiento de época Ibérica y que se mantuvo en época romana es el de la Torre de la Gorgolla. A la etapa imperial corresponde de la villa romana del Cortijo del Baño, en Venta del Carrizal.
Durante la etapa islámica fue conocido Hisn al-Uqbin, que unos traducen por Castillo de la Águilas y otros Castillo de las Cuevas. Durante las últimas décadas del siglo IX y las iniciales del X, estuvo envuelta en la revuelta muladí hasta que en el 918, el califa Abd Al-Rahman III aplasto la rebelión. Tras la ruptura de la unidad mantenida en el califato, Castillo de Locubin quedaría en manos de los ziríes de Granada posteriormente en el distrito catastral encabezado por Alcalá la Real. Por su posición fronteriza paso varias veces de manos musulmanas a castellanas.
En tiempos de las conquistas de Fernando III formó parte de los territorios de la Orden de Calatrava, constituyendo uno de los límites avanzados de la encomienda de Martos. En 1341, tras ocho meses de asedio, Alcalá la Real se rendía a Alfonso XI. Un poco antes lo hacía el Castillo de Locubín ante las mesnadas del infante don Enrique, mandadas por su mayordomo mayor, don Alfonso Pérez Coronel. De la preparación y conquista de estas fortalezas trata la excelente novela histórica, "El escudo nazarí" obra del escritor alcalaíno Emilio Sánchez. Cuatro años más tarde el rey firmaba en Burgos un privilegio por el que donaba el pueblo y castillo de la ciudad a Alcalá la Real, como merced a sus servicios. Esta dependencia civil y religiosa de Castillo respecto a Alcalá la Real perduró hasta las primeras décadas del siglo XIX.
En el año 1600 los vecinos reclamaron por primera vez y sin éxito su segregación. En 1627 el rey Felipe IV vendía el lugar al Marqués de Trujillo, lo que significaba su segregación. Pero esta situación duro poco ya que en 1693 pasa de nuevo a la corona y en 1729 se solicitaba mediante pleito la separación, pero nuevamente ganaron los argumentos de Alcalá la Real. En 1810 la consiguió pero por muy poco tiempo, ya que en 1814 pasa a depender de nuevo de Alcala la Real. De nuevo se independizó en 1820 hasta 1823 y fue en 1835 cuando consiguió emanciparse definitivamente.
La Iglesia de San Pedro Apóstol es la más significativa de la localidad de Castillo de Locubín, se construyó, en sustitución de un antiguo templo medieval, en un periodo comprendido entre los dos últimos tercios del XVI y el primero del XVII, coincidiendo con un importante crecimiento demográfico de la población y teniendo en cuenta las tendencias artísticas del momento.
El largo periodo invertido en la construcción pudo deberse a dificultades económicas para acometer un proyecto de tanta envergadura. Originariamente fue iglesia de una sola nave, dividida en tres tramos,cubierta con bóveda se medio cañón con lunetos, con ventanas circulares de ojo de buey, cuyos arcos fajones descansa en pilastras cajeadas y, a ambos lados, pequeñas capillas hornacinas.
El presbiterio, al que se accede desde la nave a través de un doble arco triunfal, se cubre con media naranja con radios cruzados de forma romboidal y pechinas con pequeños triángulos moldurados.
La Iglesia de San Pedro Apóstol es la más significativa de la localidad de Castillo de Locubín, se construyó, en sustitución de un antiguo templo medieval, en un periodo comprendido entre los dos últimos tercios del XVI y el primero del XVII, coincidiendo con un importante crecimiento demográfico de la población y teniendo en cuenta las tendencias artísticas del momento.
El largo periodo invertido en la construcción pudo deberse a dificultades económicas para acometer un proyecto de tanta envergadura. Originariamente fue iglesia de una sola nave, dividida en tres tramos,cubierta con bóveda se medio cañón con lunetos, con ventanas circulares de ojo de buey, cuyos arcos fajones descansa en pilastras cajeadas y, a ambos lados, pequeñas capillas hornacinas.
El presbiterio, al que se accede desde la nave a través de un doble arco triunfal, se cubre con media naranja con radios cruzados de forma romboidal y pechinas con pequeños triángulos moldurados.
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