En torno a las 8 de la mañana, del pasado domingo, 29 de septiembre, nos reuníamos en torno a la estatua que preside el parque de Colomera, con la imagen del pastor Juan Alonso de Rivas ante la Virgen de la Cabeza.
Desde ese punto acudimos a la iglesia de la Encarnación, para pedir ante la Morenita por nuestro camino, que comenzaba bajo la lluvia. En esta ocasión con nuevos peregrinos que seguiremos recibiendo con las manos abiertas. Peregrinos llegados desde Martos, Mengibar, Arjona...
Bajo la lluvia, como ya hemos indicado, comenzaba nuestro caminar hacia Cerro Cauro con un duro comienzo de etapa, por el desnivel y tipo de terreno, principalmente rocoso. Entre vegetación y ganado del entorno, amenizado con charlas de nuestro día a día e intercaladas con vivencias romeras. Seguíamos destino Limones.
En dicha primera parada, pudimos además de secarnos un poco de la lluvia continua que nos había caído, tuvimos tiempo para reponer fuerzas y calentarnos un poco, todo ello también gracias a los acompañantes que llevamos en vehículos. Descansados un poco era momento de volver a emprender el camino. Otro puñado de kilómetros, rodeados de olivos, agua, granadas, membrillos, nueces y otros frutos de la estación otoñal en que ya nos encontramos.
Así llegábamos a Mures, localidad ya de la provincia de Jaén, donde nos esperaban amigos de Martos para obsequiarnos con un precioso cuadro de la antigua Virgen de la Cabeza. Disfrutamos de un nuevo descanso y comida aquí, entre risas y charlas, ya que habíamos terminado el día. Muy duro para unos y no tanto para otros. Pero con ilusiones renovadas para volver a los caminos el 13 de octubre y peregrinar entre Mures y Castillo de Locubín.
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